AGOSTO. CUENTO DE VERANO
Una vez preguntó con timidez un poeta curioso:
- ¿Por qué los colores? ¿Quién pinta con qué pincel y dónde lo moja para dar color y vida a los macizos de violetas? ¿Quién traza esos rosarios de amapolas que bordean el camino del trigal?¿Quién distingue las nubes grises, la sonrisa blanca, la hoja verde?
Y entonces -como había mucho ruido y faltaba tiempo-, respondieron algunos insensatos:
- Fue el hombre.
- No ha sido nadie.
- Depende del cristal con que se mira...
Y por eso el poeta pensó que todo era absurdo. Que estaba haciendo el tonto. Pidió un préstamo, montó una franquicia y abandonó la poesía.